Dra. Jorgelina Andrea Cigliuti,
Coordinadora del Servicio de Pediatría
Sanatorio Clínica Modelo de Morón

RECOMENDACIONES
USO DE REPELENTES

Los repelentes de insectos son sustancias que, por su olor o naturaleza, ofrecen protección contra las picaduras de insectos. Se aplican sobre las diversas zonas expuestas del cuerpo.
Generalmente aseguran una protección de 4 a 8 horas después de su utilización. Su principal función es mantener al insecto alejado de la zona donde se ha aplicado el repelente. Tener en cuenta que los repelentes no matan al insecto, sino que lo repelen.
En el mercado se encuentran distintos tipos de repelentes de insectos.
Uno de los más ampliamente utilizados es el DEET (N N-diethyl-m- toluamida). La concentración de DEET puede variar de un producto a otro y en las diferentes formas de presentación. La duración de la protección depende de la concentración. Un producto con DEET al 10% protege durante 2/3 horas aproximadamente, en cambio al 25% la protección es de 6 horas en promedio.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los repelentes que se usan en niños no deben contener más de un 30% de DEET.
NO SE RECOMIENDAN los repelentes de insectos para los niños menores de 2 meses de edad.

Debido a la situación epidemiológica actual del Dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos, se han modificado las recomendaciones clásicas sobre el uso de repelentes en niños.
La citronella es menos efectiva que la DEET, y por ello en la actualidad, se desaconseja su uso dado que los principales inconvenientes de este compuesto son su limitado efecto como repelente y que no tiene una acción duradera en el tiempo .
Tener en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar la aparición de efectos adversos causados por el uso de repelentes:
• Revisar la etiqueta del producto y no utilizar productos cuyas concentraciones de DEET superen el 30%.
• No aplicar el repelente debajo de la ropa.
• No aplicar el repelente en cortaduras, heridas o piel irritada.
• No rociar productos con DEET en áreas cerradas.
• No rociar productos con DEET directamente a la cara. En caso que la aplicación sea a un niño, el adulto debe rociar sus manos y después frótarlas cuidadosamente sobre la cara, evitando los ojos y la boca.
• No aplicar el repelente en las manos de los niños (los niños podrían poner sus manos en sus bocas).
• No utilizar repelentes asociados a protectores solares en la misma formulación.

Dra. Jorgelina Andrea Cigliuti
Coordinadora del Servicio de Pediatría
Sanatorio Clínica Modelo de Morón