Dr. Luis María Degrossi
Presidente ADEMP
NO HAY QUE BAJAR LOS BRAZOS CON EL ORDENAMIENTO DEL GASTO MÉDICO.-
Estimadas Entidades nos adentramos en temporada de elecciones (PASO, primera vuelta, segunda vuelta, transición para el traspaso) y los interrogantes de qué nos deparará el destino, empiezan a invadir nuestras mentes. En principio, y cómo moderados que somos, hay que apaciguar las expectativas considerando que la crisis es profunda y es difícil que se salga de ella por el sólo hecho de que cambie el gobierno y/o la ideología.-
Primero está la crisis económica. La tasa de inflación ya está –en el mejor de los casos– estabilizada en el 7% mensual lo cual implica que se termina el 2023, en diciembre, con una tasa de inflación anual de 125%, “demencial”. Si la inflación mensual llegara a trepar a los dos dígitos, el 2023 cierra con una inflación anual de 150%, esperemos que ello no suceda. Es utópico esperar que cualquier equipo económico, por más solvencia técnica y apoyo político que lo sustente, pueda revertir este descalabro de un día para el otro. Va a haber que tener mucha paciencia, mucha gestión y mucho aplomo como para no claudicar.-
Luego viene nuestra propia crisis, la del Sector que nos aglutina. Desde el congelamiento de precios de la pandemia que la medicina privada no ha podido recuperar su precio. Estamos inmersos en esta confusión de dos índices de ajuste mensual (Índice de Costos de Salud y 90% del RIPTE) que no solamente, no nos permite recuperar lo perdido en términos reales en la pandemia, sino tampoco y por lo menos empadrar con la inflación, situación está que además, nos coloca en una situación muy incómoda con nuestros Socios y/o afiliados y/o beneficiarios.-
Algo positivo respecto del fin de ciclo, es que el actual gobierno estableció que estos índices tienen una vigencia determinada por lo que habrá oportunidad de revisarlos con las nuevas y flamantes autoridades. Pero con una inflación resiliente y recurrente claramente no va a ser fácil recuperar el terreno perdido en materia de precios.-
Me parece que el camino sigue siendo el de buscar un ordenamiento de las reglas que rigen el Programa Médico Obligatorio (PMO), pero sin bajar los brazos tanto en la gestión como en el trabajo técnico por recuperar precios, ello a los fines de ordenar la ecuación entre ingresos y gasto médico dado que cómo sabemos, ya es insostenible.-
Es muy importante clarificar cuál es el rol del Estado en el financiamiento de la discapacidad, de las adicciones, de los programas de salud mental, de las fertilizaciones asistidas, del alto costo que están absorbiendo casi todos nuestros respectivos presupuestos.-
Hay que concientizar a la sociedad, a la clase política y a los futuros gobernantes que los recursos de las obras sociales y las empresas de medicina privada no son recursos públicos. Son recursos de la gente que los asigna a una Obra Social o una Entidad de Medicina Privada para su propia atención médica y la de sus seres más cercanos y queridos.-
La gente no paga una Obra Social o un plan de salud privado para el financiamiento colectivo de derechos que genera el Congreso Nacional a través de renta general, los cuales deberían ser financiados por recursos públicos que el mismo Congreso Nacional debe asignar cuando sanciona el Presupuesto Nacional, pero claramente elude –por desidia, por ignorancia o peor aún por relato– esta obligación clara e indiscutible que nuestra Carta Magna histórica y constitucionalmente le ha asignado.-
Después hay muchas otras cosas para trabajar ordenando el gasto. Hace falta el tan postergado fondo para medicamentos de muy alto costo, la cultura de las guías clínicas y protocolos médicos y la concientización a la sociedad para que nos cuide porque la medicina es cada vez más cara y los recursos cada vez más escasos.-
Esto no es una solución de un día para el otro (porque no la hay). Pero tener reglas racionales y claras de ordenamiento del gasto médico es un deber de los gobiernos de turno, de toda la sociedad en su conjunto y también y especialmente de todos los días.-
Un cordial saludo y hasta el próximo número.-
Dr. Luis María Degrossi
Presidente de ADEMP