Jorge Colina,
Economista de IDESA

LA MEDICINA ESTATAL Y PRIVADA EN ARGENTINA TIENEN DIFERENTES PROBLEMAS

La medicina estatal sufre, no por falta de recursos, sino de gestión. La medicina privada sufre por falta de recursos debido a controles de precios. Hay insatisfacción de la gente y de los equipos de salud por el estado de la medicina en Argentina. En el caso de la medicina privada no queda otra que ordenar el financiamiento del PMO.

 

Recursos públicos de salud que subieron, precios de la medicina privada que bajaron

Desde la pandemia en el 2020 hasta el 2023, la medicina privada sufrió sucesivos congelamientos de precios. En el 2020 fue por el confinamiento de la población, en el 2021 fue por desavenencias entre funcionarios del gobierno, en el 2022 hubo una fórmula de ajuste automático que paró el deterioro por la inflación, aunque sin recuperar, y en el 2023 el congelamiento fue por un dislate del candidato presidencial por el oficialismo que estaba en campaña electoral. En el 2024, con el cambio de gobierno, hubo recomposición, aunque parcial e insuficiente. 

Si uno toma el 2019 con base 100 surge que en el 2023 el atraso promedio anual fue del 25% respecto al 2019, con períodos en donde el atraso superó el 30% en la segunda mitad del 2023. En el promedio 2024 el atraso respecto al 2019 se redujo al 17%.

Distinta fue la historia del gasto provincial en salud estatal (hospitales públicos) donde los Ministerios de Salud provinciales aumentaron el gasto en salud precisamente por la pandemia. Durante los años 2021 al 2023 el gasto en salud en términos reales en los sistemas públicos de salud fue 15% superior. En el 2024 el gasto real de las provincias en salud estatal tendió a bajar por la fuerte aceleración inflacionaria de inicios de año y las restricciones presupuestarias que sufrieron las provincias. Sin embargo, el nivel de gasto está en niveles similar al del 2019. Contraste marcado en lo que pasó con los recursos en la medicina privada (Gráfico 1).

Gráfico 1. Gasto provincial en salud estatal y precio de prepagas

Ajustado por inflación // 2019 = 100

Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Economía, SSS e INDEC 

 

Esto está impactando de una manera muy negativa en el sistema de salud en su conjunto. 

Si bien el nivel de los recursos en el subsistema público se mantuvo, dado que entre el 90% y 95% de los recursos públicos se destina al pago de salarios con una gestión centralizada desde los Ministerios de Salud provinciales, los déficits de gestión de los hospitales son moneda corriente. Por esto hay, por un lado, empleo público redundante que se traduce en niveles salariales no alineados con las expectativas de los trabajadores del subsistema público. Por otro, hay fuertes restricciones al acceso de la gente a la atención médica en los hospitales públicos. En otras palabras, se puso más plata en el subsistema estatal pero no hay evidencias de que haya mejorado la calidad de la atención. Por lo tanto, no fue más plata por más atención médica. Fue sólo más plata.

En contraposición, el Estado desfinanció la medicina privada con el abuso de controles de precios en el marco de una creciente inflación. De esta forma, en la medicina privada hay mucha disconformidad entre los pacientes por las demoras en los turnos y las guardias colapsadas y los profesionales y trabajadores de la salud privada por la sobrecarga de trabajo y las remuneraciones no alineadas con sus expectativas. Se sacó recursos de la medicina privada y, por lo tanto, ahora la calidad de la atención médica tendió a deteriorarse.


¿Tienen beneficios los controles de precios?

Uno de los argumentos más escuchados entre funciones del Estado cuando establecen controles de precios a los planes de salud privados es la “protección del bolsillo” de la clase media. Las evidencias sugieren que lo que fue la “protección del bolsillo” tuvo como costo la “desprotección de la atención médica” de la clase media. 

El Gráfico 2 contrasta la evolución del precio de las prepagas con la de los salarios formales de la economía en donde se puede apreciar con claridad que los salarios de la gente que compra planes de salud privados muestran una leve tendencia al deterioro por la inflación, sin embargo, no se deterioraron tanto como sí ocurrió con los precios de la medicina privada (Gráfico 2).

Gráfico 2. Precio de prepagas y salario real formal de la economía

2019 = 100

Fuente: elaboración propia en base a SSS, INDEC y Sec. Trabajo

Este fenómeno de mayor deterioro de los precios de la medicina privada que los salarios de la economía tuvo su mayor intensidad entre el 2020 y el 2023. En el 2024 y en lo que va del 2025 hay una recuperación de precios, pero no lo suficiente como para alcanzar a los salarios formales de la economía. En definitiva, lo que la gente se ahorró en los planes de salud privados posiblemente lo terminó pagando con mayor espera y mayores copagos en el punto de la atención médica. 

La otra consecuencia es que, si se mantienen los precios de la medicina privada por debajo de los salarios de la economía, en algún momento, indefectiblemente, los salarios en la medicina privada se van a deteriorar dado que no tienen base de sustentación para acompañar al resto de los salarios de la economía. En otras palabras, no es posible pagarles a los trabajadores de la salud como al resto de los sectores de la economía cuando los precios de la medicina privada marchan por debajo de los salarios del resto de los sectores de la economía. Esto se puede ver con claridad en el Gráfico 3. 

 

Gráfico 3. Precio de prepagas y salario de convenio de Sanidad

2019 = 100

Fuente: elaboración propia en base a SSS, INDEC y CCT

El salario de convenio de la sanidad siguió un curso similar al salario real de la economía entre el 2020 – 2023 producto de que las paritarias ajustaban por inflación con indiferencia a la caída de los precios de la medicina privada que estaban provocando los congelamientos. Este es un proceso financieramente insostenible que hizo eclosión en el 2024 cuando el salario real de convenio de sanidad cae un 10% respecto al 2019. Esto fue producto de la fuerte aceleración inflacionaria de fines del 2023 y principio del 2024 y el retraso de los precios de la medicina privada que no hacen posible recuperar los niveles salariales perdidos. Por eso en lo que va del 2025, antes de la ronda de paritarias 2025/2026, el nivel salarial sigue prácticamente un 10% abajo.

Conclusión

La medicina pública y privada en Argentina está sufriendo mucho por motivos diferentes. En la medicina pública no hay indicios –según las estadísticas informadas al Ministerio de Economía nacional por los propios sectores públicos provinciales– de que los presupuestos para los sistemas públicos provinciales de salud hayan menguado. Por el contrario, durante la pandemia y hasta el 2023 estuvieron por encima del nivel que tenían antes de la pandemia. Esto es natural porque los sectores públicos provinciales pusieron más recursos en sus sistemas de salud por la pandemia. El sistema público cruje por las deficiencias en gestión. No se innovó en estilos más modernos de gestión. 

En la medicina privada, el propio Estado con una voluntad demagógica y populista mantuvo desde el 2020 diferentes formatos de controles de precios que desfinanciaron al sistema privado mientras la inflación era rampante. En el 2024 la inflación se controla, pero los niveles reales de precios se mantienen bajos por lo que la recuperación de la calidad de acceso a la atención médica privada todavía no se recuperó. Se protegió el “bolsillo de la clase media” de los ajustes en los planes de salud lo que se tradujo en un deterioro en la agilidad y calidad de acceso en el punto de atención haciendo pagar a la clase media con mayor espera y mayor gasto directo de bolsillo.

Recomendaciones de política

En la medicina estatal hay que profesionalizar la dirección de los hospitales públicos y las gestión médica y administrativa de los recursos humanos. Esta es una tarea que tiene que abordar cada Ministerio de Salud provincial.

En la medicina privada más plata no va a haber porque el “bolsillo de la clase media” está golpeado por la quita de los subsidios a la luz, el gas y al transporte público más reacomodamientos de precios de otros servicios (como educación, alquileres, mantenimiento del hogar) que hacen que pensar en aumentar los precios de medicina privada para recuperar niveles prepandemia es muy difícil. Máxime cuando el gobierno nacional es muy celoso con la baja de la inflación. 

Por esta razón, no queda otra que ordenar el PMO. Esto es, financiar los componentes del PMO que no son estrictamente atención médica convencional (servicios asistenciales de la discapacidad, adicciones, geriatría, innovación en medicina) con recursos de rentas generales, para que los menguados recursos de la gente se focalicen en financiar el seguro de atención médica.